LA IMPORTANCIA DE VIVIR "EL PROCESO"
Vivimos en una sociedad, en la que la prisa y la rápidez es lo que nos caracteriza en nuestro día a día, vamos corriendo de un lado para otro y normalmente nos cargamos de tareas y obligaciones más de las necesarias, lo que hace que hagamos todo deprisa por falta de tiempo y que queramos terminar cuanto antes y obtener resultados cuanto antes, también.
Esto nos lleva, a que cuando queremos algo o deseamos algo, lo queramos cuanto antes, no sabemos esperar o preferimos no esperar, y esto hace que nos olvidemos de la importancia del PROCESO, DE VIVIR EL PROCESO, EL DÍA A DÍA HASTA CONSEGUIR LO QUE QUEREMOS. Se suele decir, que lo importante de un viaje no es el destino, sino el trayecto, el viaje en sí, lo que tardamos y vivimos cuando partimos del punto "A" hasta que llegamos al punto "B", y que esas vivencias en el trayecto es lo que hace que el viaje valga la pena.
Pues bien, a la hora de conseguir algo que queremos o que deseamos, ya sea algo material o algo personal, lo importante también, es todo lo que vivimos hasta que lo conseguimos, la ilusión que ponemos en nuestro día a día hasta que conseguimos nuestro objetivo, las ganas, la esperanza, la constancia y la lucha que hacemos para conseguirlo, podriamos decir, que esa espera es la chispa de la vida, es lo que nos mantiene vivos y lo que nos hace luchar cada día, ¿Pero que pasa cuando acortamos tanto el PROCESO de obtener lo que queremos?, pues que esa ilusión y esperanza, esa lucha, esa constancia, ese vivir el día a día con nuestro pensamiento en obtener nuestros objetivos, se pierde, desaparece y con ello también desaparece la ilusión de cuando lo conseguimos.
Cuando uno quiere comprarse un vestido o un traje bonito, si va ahorrando cada día o cuando uno se plantea obtener un título de formación, si va estudiando día tras día y va preparandose poco a poco, el resultado es mucho más satisfactorio que cuando obtenemos lo que queremos sin más, que cuando conseguimos lo que queremos según se nos vino a la cabeza.
Pero no solo vivimos acelerados a la hora de obtener cosas, sino también en nuestras relaciones con los demás, vamos demasiado rápido y queremos obtener cuanto antes lo que esperamos de la otra persona, cuando conocemos a alguien especial en nuestra vida, enseguida corremos, nos vemos casi todos los días y enseguida en nuestra mente esta el futuro, el irnos a vivir juntos, el compartir demasiadas cosas en poco tiempo y nos olvidamos de vivir el día a día, lo bonito del enamoramiento y de ir compartiendo cada día un poco más.
En definitiva, deberiamos de dar más importancia a los PROCESOS, AL CAMINO QUE NOS LLEVARA A NUESTROS OBJETIVOS, porque es en ese camino donde encontramos una razón para seguir adelante y donde todas nuestras actividades y trabajo del día a día tiene una finalidad.